
HISTORIA DE BOGARRA
Los primeros vestigios de población que encontramos en nuestro municipio son de origen íbero en el siglo VI a.C. Esto queda demostrado por la Esfinge de Haches, es decir, la misteriosa “Gioconda Ibérica”, enigmática escultura con cuerpo de ave, garras de león y cabeza de mujer que fue encontrada cerca de la torre almohade de Haches por un vecino de la localidad.
Esfinge de Haches
En tiempos de la conquista romana Bogarra fue conocida por el nombre de Bigerra, ciudad tarraconense de la Bastetania (territorio del sudeste de la Península Ibérica).
Durante las Primeras Guerras Púnicas (264-241 a. C.) ocurridas entre romanos y cartagineses, Bogarra se alió con Roma. Aunque fue conquistada por los cartagineses, los romanos lograron recuperarla por el año 214 a.C. gracias al General Escipión (general y político romano).
Acercándonos a la Edad Media, Bogarra era una aldea dependiente de Alcaraz.
En el siglo XIV, Bogarra sufrió ataques de los pueblos de la zona y ya en 1351, Bogarra se repuebla gracias a la Reconquista de Castilla y para hacer frente al peligro de los moros granadinos. Esto le hizo obtener privilegios del Rey Pedro I de Castilla, «El Cruel».
En el siglo XV, el castillo de la localidad poseía 70 peones de defensa. Hasta este castillo fue enviado como jefe militar Gil García, ya que se tenía constancia de un futuro ataque musulmán, que finalmente ocurrió en julio de 1457. La localidad fue saqueada, aunque el castillo resistió y el botín que obtuvieron los musulmanes fue recuperado en parte por el bando cristiano.
Guerra Carlista (1874). Derrota de la facción Lozano en Bogarra
Guerra Carlista (1874). Derrota de la facción Lozano en Bogarra
Acercándonos a la Edad Media, Bogarra era una aldea dependiente de Alcaraz.
En el siglo XIV, Bogarra sufrió ataques de los pueblos de la zona y ya en 1351, Bogarra se repuebla gracias a la Reconquista de Castilla y para hacer frente al peligro de los moros granadinos. Esto le hizo obtener privilegios del Rey Pedro I de Castilla,»El Cruel».
En el siglo XV, el castillo de la localidad poseía 70 peones de defensa. Hasta este castillo fue enviado como jefe militar Gil García, ya que se tenía constancia de un futuro ataque musulmán, que finalmente ocurrió en julio de 1457. La localidad fue saqueada, aunque el castillo resistió y el botín que obtuvieron los musulmanes fue recuperado en parte por el bando cristiano.
Prisioneros de la facción Lozano hechos en Bogarra.
En 1452, el futuro rey Enrique IV de Castilla concedió al Marqués de Villena, Don Juan Pacheco, el señorío de las salinas de Bogarra, y que finalmente irían a recaer en las manos de los Reyes Católicos, Dª Isabel de Castilla y D. Fernando de Aragón.
Durante el conflicto por la sucesión al trono castellano, entre el Rey D. Enrique IV de Castilla y su hermanastro el Infante D. Alfonso, Bogarra apoyó al Rey Enrique IV mientras Alcaraz, villa de la que dependía, apoyó al Infante D. Alfonso.
Situándonos ya en 1573 y bajo el reinado de Felipe II, Bogarra obtuvo el privilegio de villazgo, costando por aquel entonces unos 1500 maravedíes (unos 150 euros).
En el año 1638 la villa de Bogarra fue avasallada por la Inquisición por un miembro de la Santa Familia, el cual llegó a ser excluido de dicha familia debido al abuso cometido.
Metidos en el siglo XIX, existen pruebas documentales de la detención del capitán Lozano, cabecilla de uno de los bandos de las guerras carlistas. El 16 de Octubre de 1874, llegó junto a sus hombres desde las Peñas de San Pedro. Fue sorprendido a las 12 de la noche por un aviso de un coronel carlista, llegándose a salvar junto a unos 150 hombres y refugiándose en las fábricas de Riópar.
Concesión del privilegio de villazgo a Bogarra
Concesión del privilegio de villazgo a Bogarra
Situándonos ya en 1573 y bajo el reinado de Felipe II, Bogarra obtuvo el privilegio de villazgo, costando por aquel entonces unos 1500 maravedíes (unos 150 euros).
En el año 1638 la villa de Bogarra fue avasallada por la Inquisición por un miembro de la Santa Familia, el cual llegó a ser excluido de dicha familia debido al abuso cometido.
Metidos en el siglo XIX, existen pruebas documentales de la detención del capitán Lozano, cabecilla de uno de los bandos de las guerras carlistas. El 16 de Octubre de 1874, llegó junto a sus hombres desde las Peñas de San Pedro. Fue sorprendido a las 12 de la noche por un aviso de un coronel carlista, llegándose a salvar junto a unos 150 hombres y refugiándose en las fábricas de Riópar.